VIAJAR BAJO TIERRA: ANTICIPO DE MORIR

Viajo en el subte y un niño con fiebre vomita en medio de los apiñados pasajeros. Casi no se respira. Y se suda irremediablemente. Nadie se queja, todos se miran. Y de vez en cuando elevo la voz para decir: ¡qué injusticia!.

Sabiendo que el subte gana unos 13 millones de dólares al mes, y no tiene siquiera ventilación como corresponde, enojaría a cualquiera que viaje por las mañanas a su trabajo.

Y es que, poner un aire acondicionado, como tienen en España (o como tiene el tren a Belgrano aquí mismo), ayudaría a tolerar los apretujamientos, el respirarse el culo de cada uno.

Pero no, los señores del Subte se llenan los bolsillos, les pagan miserias a los empleados, y los pasajeros tenemos que viajar como ganado vacuno. ¿Es justo?

¡No! Maldita sea. No es justo. Es una tolerancia pasiva terrible la de los argentinos.

Como siempre digo, soportan el dedo, la mano, y hasta el brazo dentro del culo con tal de no hacer nada.

Algunos gritan, pero se los silencian con buenos sobornos. Como aquel piquetero farsante que se alía con Chavéz y dice defender derechos ¿de quien? Los suyos nada más (vean la basura acumulada en el metro de Bs As)

La City ya se ha convertido en un antro insoportable. Siempre le digo a Devil que es hora, es tiempo. Pero aún no desea hacer notoriedad de su nombre.

Pero mi paciencia se está acabando y yo no quiero notoriedad ni nada así, solo un poco, aunque sea un poco, de justicia sobre esta podrida tierra.

Comentarios

Entradas populares