LA NOCHE DESTRIPADORA

Llega la noche. Y llega todo aquello que tememos. No se trata del instinto primitivo de supervivencia, que nos obliga a la seguridad del día. Nada de eso. Hay algo, muy dentro nuestro, que nos dice que la oscuridad no trae cosas buenas.

Algo siniestro se esconde en ella, y ese “algo” nos succiona. Si somos miserables desamparados que vivimos en la calle, ese algo puede ser una mano que intenta abusarte, un cuchillo que te atraviesa, o el frío que te deja congelado para siempre.

Intuyo otras muchas cosas. Recorreré mañana la ciudad con una cámara en mano para enseñar a lo que me refiero. Si puedo. Si tengo ganas. Si logro escapar de la depresión que vengo padeciendo desde hace días.