ADONDE VAMOS CUANDO LA HORA LLEGA

Caminas por Florida y Lavalle y la gente pide limosnas. Los transeúntes los evitan como si fueran despojos humanos que molestan. Incluso se oye comentarios como “ ya me tienen podrido de tanto pedir” efectuado por una anciana que nada dio de su vida y se cree con mayor derecho que otros.
Y esa gente humilde, arracimada, sucia y maloliente, pide algo desde el fondo de sus entrañas que nunca será dado: una oportunidad.
Pero estamos solitarios en el cosmos. Una partícula diminuta en todo un universo que ahora se convirtió en ser humano. Que se viste, divierte, mata y segrega, y hace aberraciones con tal de evadir la Gran Pregunta: adonde mierda vamos.
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