ENTRE DEMONIOS...

Esta foto ganó un premio. Y obtuvo un suicidio por otra parte. El fotógrafo que la tomó (Kevin Carter)terminó quitándose la vida por no haber hecho nada por esa niña moribunda, en estado de inanición. A su vez, la foto ganó un Púlitzer.

Y así es siempre. La podredumbre humana bien enseñada obtiene méritos. Por ahí leo que hay un idiota que se cree con ínfulas de enviado divino y dirige un rebaño de crédulos de aquí para allí, amasando con ellos su fortuna de 20 millones de dólares, acaparando canales televisivos durante las 24 hs y radios de su país. El popular malnacido del “anticristo” Miranda.

Tiene el poder de reunir a miles de personas y , en virtud de su carisma, impelerlas a que se graben en sus muñecas u hombros el clásico 666. Tatuaje y devoción para toda la vida. Tiene ese poder de reunir a hambrientos de respuestas. Pero viajas en el subte, -por decir algo insignificante- acalorado, con mareos y con un pésimo servicio (pese a los 200 millones de pesos en subsidios que se lleva la empresa aquí en Bs As) y nadie, absolutamente nadie, se une para hacer algo.

Entonces ves a una niña muriéndose de hambre aquí y en África y lo primero que amagas es por el dinero: una foto y sálvese quien pueda. Como lo veo yo, hay dos clases de malnacidos: los que se unen porque creen en la recompensa de los Cielos (o de los infiernos) , y creen que hermanados están luchando por un bien celestial y divino, cuando en realidad se vuelven pasivos, ególatras y espiritualmente desalmados con su indiferencia (“todo es culpa del Karma hijo mío”) Y están aquellos malnacidos que por una tajada del gran botín (que es la fama, dinero y reconocimiento) les importa un carajo la vida de los demás.

Después por ahí leo que el terrorismo acaba con vidas de inocentes. ¿Cuáles? ¿Díganme quien es inocente? Desde luego, lo habrá, siempre hay inocentes. Pero son una porción mínima en relación a la basura que camina por las calles. Y son “excelentes” posando para la foto.