LA CATASTROFE DE CHINA

Lo peor del asunto es que todos estamos expuestos a lo mismo. En Argentina ahora con el volcán chileno, o en Venezuela, con el terremoto que años atrás se gestó y se espera otro para más adelante. Nada es estable, y esa es otra ilusión que pretende el ser humano. Y sin embargo, la muerte, pegada en las narices de la gente, grita la verdad: nada es eterno, y mañana o pasado quizá no estemos.
Bush, en tanto, despreocupado, sigue en sus dialécticas contra los demócratas en su gira por medio oriente. Sólo piden de Estados Unidos minutos de silencio mundial si algún energúmeno alocado se inmola en sus edificios y mueren personas. Cuando en otros lados mueren personas no dicen nada. Y esto, como ya dije, porque son los dueños de los medios de comunicación. Viva la mansión de Playboy, las cirugías a los famosos, y que el planeta siga pudriéndose.
En tanto, lo restos de los pobres chinos son sacados diariamente de debajo de los escombros. La vida que destiló la región ha sido cubierta por el manto de la muerte y la desolación. Así está el mundo. En decadencia. Y el ser humano, le va a la saga. Lo pervierte, lo vuelve más inhóspito. Y la naturaleza, que en sus planes tiene a la muerte, pone todo en donde quiere.
Quedan 5 hs para que tome el vuelo de Buenos Aires.
Ahora empezará un CityDevil sin piedad...
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