CHICOS DE LA CALLE

Nadie en el mundo, ni siquiera yo, se imagina lo que es vivir en la calle. Presas del miedo de no saber si al otro día una helada en invierno te matará, si tendrás para comer o si alguna mano extranjera te hará desaparecer.

Hoy viajaba en el subte y una niña se acercó a pedir limosnas. Le pedía a los pasajeros que le dieran la mano y un beso. Tenía la cara llena de mugre, y los ojos tristes cada vez que veía que nadie le daba nada.

Mientras pasaba, la gente con su indiferencia, ajenos a los dramas del mundo y la contaminación, sólo obsesionados en lo suyo (que es básicamente, dinero, dinero, dinero), me preguntaba qué demonios hacía la hipócrita de Shakira con su recaudación millonaria a favor de los desamparados como esta niña. Absolutamente nada.

Esto me da a pensar que vivo en una sociedad tan jodidamente hipócrita, tan basura en lo que le interesa nada más, que no me causa dificultad darme cuenta todo el timo aquel de las reencarnaciones y los sufrimientos karmicos para consolar a los pobres que no tienen nada.

El místico de mirada penetrante dirá: Es tu Karma hijo mio! Lame el piso, pide limosnas, es tu karma de una vida anterior.

Me pregunto si es así, ¿en alguna vida anterior habremos sido principes, reyes, emperadores?. Lo dudo. No hubo en la historia tantos principes, emperadores, reyes , para darnos el turno a todos nosotros de pasar por una vida así. Hay más almas que tales puestos a cubrir en la historia.