MADOFF EL CABRON QUE ROBABA

¿Entonces? Probablemente esa gente derrochadora sea de la casta de Madoff, el benefactor millonario que estafaba a diestra y siniestra.
Al principio, atrajo dinero local conseguido en countries y cenas benéficas, en las que los inversores lo buscaban para rogarle que administrara sus ahorros y poder cosechar así las mismas ganancias que sus envidiados amigos.
Más tarde, Bernie Madoff y sus promotores pusieron los ojos en Europa, donde también presentaron las inversiones como el ingreso a un selecto club. Luego, sus agentes comenzaron a recolectar fondos en el Golfo Pérsico y el sudeste asiático. Por último, se abalanzaron sobre China, con invitaciones a invertir que eran más desesperadas y menos exclusivas.
La maquinaria de esta gran estafa empezó a mostrar sus falencias cuando ante la crisis muchos de los inversores comenzaron a retirar dinero más rápido de lo que Madoff podía reponerlo.
Fue detenido el 11 de diciembre en su departamento de Manhattan y acusado de fraude con valores bursátiles, entregado a la policía por sus hijos tras revelarles que toda su empresa era un "gigantesco esquema de Ponzi".

Si bien muchas de las víctimas conocidas de Bernard L. Madoff Investment Securities son destacados ejecutivos y organizaciones judíos - el productor de cine Jeffrey Katzenberg, el gobernador Eliot Spitzer, la Universidad Yeshiva, la Fundación Elie Wiesel y el director de cine Steven Spielberg, entre otros-, ahora parecería que todo aquel que tuviera dinero era un posible blanco.
Y hablamos de un total -más o menos - de 50.000 millones de dólares, dinero que mantuvo el elevadisimo nivel de vida de Madoff, dueño de un departamento en Manhattan, una mansión frente a la playa en los Hamptons, una casa con vista a Cap d'Antibes en la Riviera francesa, una oficina en la calle Mayfair de Londres y yates en Nueva York, Florida y el Mediterráneo.

¿Cómo empezó este desgraciado? Pues en 1960, con 22 años. Se metió en la Bolsa de Valores de Nueva York y ahi arrancó con la idea de que sus acciones podían ser vendidas y compradas por personas que no se veían sino que estaban conectadas por la electrónica. Y luego empezó con sus engaños mundiales.
Y si bien hacía generosas donaciones, lo hacía para que le dieran el control y poder de las instituciones benéficas regionales, las mismas que tuvieron que cerrar al descubrirse el fraude.
Y el 10 de diciembre les contó a sus hijos que su empresa era "una gran mentira". No quedaba nada, les dijo, y era seguro que iba a terminar preso. Sin embargo - y esto es lo injusto - tiene arresto domiciliario, y una pulsera para que sepan siempre donde se encuentra. Como se ve en las fotos, está en vigilancia, pero no está preso como cualquier reo que hubiera robado una manzana.
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