SER DUEÑO DEL PROPIO DESTINO

Edward Downes (85) y su esposa Joan (74) vivieron una vida plena. Él fue un destacado director de orquesta británico. Ella una bailarina. Estuvieron casados 54 años y tuvieron dos hijos. Eran una pareja afortunada.

Pero su felicidad se vio empañada en los últimos años por serios problemas de salud.

Por eso, a principios de mes, Edward y Joan tomaron una decisión: terminar con sus vidas.

Viajaron a Suiza y se internaron en una clínica especializada en suicidios asistidos, donde fallecieron como realmente quisieron.

"Murieron en paz y en las circunstancias que ellos eligieron", explicaron sus hijos.

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