INDIA: LA ESPIRITUALIDAD DE LA MUERTE



El Ganges quizá sea el río más contaminado del mundo. Y encima, se rinden homenajes de sacrificios en nombre de un dios, el Dios-Río Ganges.

Anclados en su mundo tradicional, los hindúes siguen arrojando a las putrefactas aguas de su río sagrado los cadáveres y las cenizas de sus muertos cuando no pueden pagarse un entierro, además de lavar la ropa y los platos así como hacer sus funciones corporales. Esto no les parece incompatible con bañarse o incluso beber.

Una imagen vale más que mil palabras: En esta fotografía, publicada por la National Geographic se puede ver a un hombre rellenando una garrafa de agua para su consumo mientras en el fondo del rio se aprecia un cadáver.



Es un país donde las castas, apoyándose en el hinduismo, lo dominan todo. Esta religión enfermiza que tiene subyugados a los más de mil millones de habitantes de la India, no los deja evolucionar ni cuestionarse sus propios actos.

El río, terriblemente contaminado, es el vertedero oficial no sólo de desechos humanos y cadáveres, también las fábricas de piel y las industrias químicas situadas en la orilla vierten sus productos tóxicos en las aguas, cargándolas de esta forma de níquel y arsénico.



El número de personas afectadas por enfermedades infecciosas, respiratorias, de la piel, hídricas, parasitosis, etc, crece a ritmos alarmantes.

Sólo dos especies pueden sobrevivir en las zonas menos contaminadas, una de las cuales, el delfín del Ganges, carece de cristalino, siendo totalmente ciego, puesto que la visión no le sirve de nada entre las turbias aguas.




Sin embargo sigue proporcionando agua para el consumo humano y labriego a más de 500 millones de personas.

Además, su carácter sagrado promueve continuas peregrinaciones al rio para purificarse o meditar. Se cree que cada vez que te sumerges en el río expías un pecado.

Shiva, una de las deidades más importantes, ha dicho que los que mueran a las orillas del Ganges quedarán liberados del ciclo de reencarnación, alcanzando de esta forma el Nirvana.





Hay piras funerarias encendidas constantemente en la orilla, donde los que pueden permitírselo incineran a sus familias. Son tantos los cadáveres y tan pocas las piras que los encargados de la cremación ni siquiera dejan que los cuerpos se consuman del todo, y acaban arrojando las cenizas con restos de pies y cabezas sin quemar.

Mendigos enfermos y esqueléticos suplican por unas últimas monedas para poder comprar la leña y morir de la forma deseada.



Los perros son repudiados, nadie los cuida y viven en los vertederos comiendo desechos y restos orgánicos putrefactos porque los hindúes creen que los ladrones se reencarnan en forma de perros.




La ONU envió grandes cantidades de dinero para construir redes de saneamiento en las ciudades bañadas por el Ganges pero los líderes religiosos lo impidieron: el río no necesita ayuda para purificarse porque es un Dios.



Los únicos que se encargan de “eliminar” los cadáveres del río…son los Aghori, una secta de necro caníbales que consumen los cuerpos podridos que flotan en el Ganges. El hinduismo los ha repudiado pero en las zonas rurales se considera que pueden curar enfermedades y son adorados.




No suelen llevar ropa, excepto algún sudario ocasional de un muerto pero suelen cubrirse enteros con las cenizas sacadas de las piras. Llevan un cráneo humano que utilizan para beber.

Comen la carne cruda de los cadáveres que flotan en el río o la quemada que queda en las piras. Creen que esta práctica les confiere poderes sobrenaturales como evitar el envejecimiento.



Aunque últimamente han tratado de disfrazar esta realidad pintándolo como un destino turístico ricamente cultural, solo es maquillaje para un infierno de suciedad y miseria. El 92 por ciento de la población están por debajo del nivel de la pobreza o son considerados indigentes por la ONU.



Dentro de esta penuria también hay niveles. Hace poco se ha aprobado una ley por la que las prostitutas podrían por fin ir calzadas por la calle. Muchas de ellas morían de terribles infecciones cuando otras mujeres echaban cristales por las calles para evitar que se acercaran a sus maridos. También se les permite ya ser incineradas o enterradas, antes se arrojaban a los vertederos, donde lo más frecuente era que fueran trituradas para el ganado, para esas vacas consideradas sagradas. La otra opción era dejarlas pudrirse en las calles, pero no en el río.

Hay que añadir que de estas prostitutas, se estima que 500.000 son menores de edad.



Así que este idílico paraje con encanto en el que tratan de convertir la India, tiene otra cara. Una cara sucia, enfermiza y que invita a descender a un infierno al que se entra por un Dios caníbal, el río Ganges.

Comentarios

Dear zombie, había visto algo de esto en un documental llamado rituales de muerte!!!! muy bueno!!!!!
Ahriman dijo…
Ah, anda en internet? voy a buscarlo!!

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